Reflexión

Miramos para todos lados menos para adentro. No sabemos quienes somos y menos por que hacemos lo que hacemos. Vamos imitando a los demás sin ni siquiera cuestionarnos, obedecemos a un reflejo infantil que intenta encontrar quienes nos acepten. Necesitamos pertenecer y figurar a toda costa. Queremos ser alguien! Llegamos hasta el mismo límite de la muerte por responder a esos modelos. Anorexia, corrupción, estafas, dolorosas cirugías estéticas, robos, maltrato, etc. solo hablan de la confusión que tenemos y hasta donde estamos dispuestos a caer para ser un miembro mas de la manada. Donde radica esa contradicción? Estamos completos, vivos, ¿qué vacío nos desesperamos por llenar?

Libre

Eres absolutamente libre.
Puedes elegir con quien estar, donde y que tipo de energía ponerle a cada instante de tu vida.
Eliges también los eventos con los cuales aprendes las reglas del juego... para después tener que olvidarlas y asi llegar a "Ser".
Pero habiendo destrozado la cárcel de lo aprendido recién comienza el proceso de expansión. Te animas a armar tu propio rompecabezas, te das cuenta que asi como en tu cuerpo no tienes que recorrer ninguna distancia entre tu oreja y tu pie (solo basta que te concentres en cada punto), tampoco existe separación alguna entre tu y yo, tampoco hay división entre la computadora y mi vecino.
Formamos parte del Todo, solo es cuestión de fijar la atención.
Entendí que soy parte de la humanidad y ella me compone.
Conociéndote me conozco, abriéndome a ti lo hago conmigo, no espero nada de ti. No hay ninguna expectativa, ni deseo.
Cuando estoy contigo, solo estoy contigo, no pienso en mi trabajo, ni en las cuentas, ni en el tráfico, me concentro en ese pedazo mio que eres tu, transformando la experiencia de este viaje al conocerte/me, al abrirme/te.
¿Cuál es el límite? no lo puedo concebir, esa es la libertad, expandiendo nuestras conciencias salimos de la cárcel, de la mátrix, la rompemos y comenzamos a acceder a otras conciencias y dimensiones. Ese es el concierto que no podemos oir cuando tenemos miedo o cuando no queremos parar la locura de la mente concentrarnos y abrir la puerta del presente.