domingo, 6 de abril de 2014

Integrandonos

Puesto que percibimos el mundo desde nuestro ego, pensamos que si esa percepción se desvanece seremos unos desconocidos para nosotros mismos. Como el "yo" es una ilusión, sin ese yo..¿que será de mí? Nos da pánico dejar de percibir el mundo sin ese "yo", nos da miedo dejar de ser lo que somos. Empezamos a imaginar..¿seremos como vegetales? ¿robots? ¿nada..? Que estremecimiento ¿verdad?, perder nuestra gran seguridad y no saber que nos espera. El ego es una fracción mínima de conciencia dentro de la eternidad. Al dejar de identificarnos con esa pequeña conciencia, con ese yo, la mente se va expande y rompe su ilusión, tomando conciencia de su inmensidad. Al ver la ilusión no hay nada que tengas que comprender ni nada que tengas que aceptar, cuando los velos se van rasgando ves la realidad, tu eres esa realidad, nada hay de ti que la tenga que aceptar porque no hay división interna. No hay nada a comprender porque eso implica que hay dos cosas separadas, la comprensión y el que comprende, el amor y el que ama o el gozo y el que goza, esta es la división que desaparece.

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